Reimaginando la Vejez: Nuevos Roles y Desafíos en la Sociedad Actual
El Envejecimiento como Etapa de Desarrollo
Erik Erikson, destacado psicoanalista, introdujo en 1950 el concepto de las ocho edades del hombre, un modelo que revolucionó la comprensión del desarrollo humano a lo largo de la vida. Su enfoque se alejó de la visión estática del desarrollo y propuso una perspectiva dinámica, considerándolo como un continuo que abarca desde el nacimiento hasta la muerte.
Las ocho etapas identificadas por Erikson no solo abordan el crecimiento físico, sino que también incorporan aspectos psicológicos y sociales. En el contexto de la vejez, la última etapa, Erikson plantea el conflicto central entre la integridad del Yo y la desesperanza.
Integridad del Yo
La integridad del Yo se refiere a la seguridad adquirida por la persona mayor en relación con la armonía, el sentido de dignidad de su estilo de vida y la sensación de integración en la cultura. Es el logro de una síntesis exitosa a lo largo de las etapas anteriores del ciclo de vida.
Una persona mayor que ha sido capaz de cuidar y cuidarse, adaptándose a triunfos y desilusiones inherentes al proceso de maduración, alcanza lo que Erikson denomina sabiduría. Esta sabiduría implica no solo un entendimiento de la propia vida, sino también una capacidad para transmitir experiencias y conocimientos a generaciones más jóvenes.
Desesperanza
En contraste, la desesperanza representa un malestar consigo mismo, manifestado en sentimientos de frustración, rechazo, duda, vergüenza, culpa, soledad, ineficacia, desconfianza, miedo, tristeza y terror frente a la proximidad de la muerte.
La perspectiva de desarrollo en la vejez se basa en cuatro aspectos fundamentales:
- Aceptación del Nuevo Cuerpo e Identidad de Ser Mayor: Implica reconocer y aceptar los cambios físicos asociados con la vejez, así como adoptar una nueva identidad acorde con esta etapa de la vida.
- Elaboración de Duelos: La persona mayor enfrenta pérdidas significativas, ya sea de seres queridos o de funciones y capacidades, y debe elaborar estos duelos para mantener un equilibrio psicológico.
- Aceptación del Fin de la Vida: Reconocer la finitud de la existencia y encontrar significado en la vida que ha sido vivida.
- Reactivación de la Individuación y Dependencia: La persona mayor se enfrenta a la dualidad de mantener su individualidad mientras reconoce y acepta la dependencia en ciertos aspectos.
El Envejecimiento como Elaboración de un Duelo
Envejecimiento como Proceso de Adaptación
Desafíos Sociales Actuales
La vejez, en la actual sociedad postmoderna, enfrenta desafíos derivados de cambios rápidos, individualismo y relaciones virtuales. La velocidad, el ruido y la fugacidad caracterizan esta era, donde las relaciones humanas se vuelven breves y frágiles. La falta de compromiso y el miedo a relaciones duraderas son patentes. Se ha perdido la proximidad en las conexiones, y las interacciones se vuelven más virtuales que reales.
La sociología postmoderna, definida por Zygmunt Bauman como “el imperio de lo efímero”, destaca la flexibilidad y el individualismo exacerbado, privando a la sociedad del sentido de comunidad. En este contexto, las personas mayores se enfrentan a una percepción sesgada, siendo vistas a menudo como una carga para la sociedad.
Cambios en las Relaciones Familiares
La dinámica familiar actual, más reducida y distante, a veces excluye a la persona mayor. Sin embargo, ha surgido un cambio en el papel de los abuelos, quienes se convierten en responsables clave del cuidado de los nietos. Lilian Troll, en 1983, los describe como guardianes de la familia, elementos de cohesión y símbolos de unión de varias vidas. Este cambio refleja una nueva forma de subjetivación donde los mayores desempeñan un papel más activo y significativo en la vida familiar.
La Vejez como Enfermedad
La sociedad contemporánea, marcada por avances tecnológicos y médicos, ha prolongado la esperanza de vida, superando las barreras cronológicas que antes delimitaban la vejez. Sin embargo, este aumento en la longevidad ha llevado a asociar la vejez con la enfermedad y la dependencia. La persona mayor es a menudo vista como alguien enfermo, necesitado de cuidados, en lugar de alguien con deseos y proyectos para su futuro.
Este enfoque descalificador tiene un impacto negativo en la autoestima de las personas mayores, llevándolas a sentirse inútiles y no valoradas. Se perpetúa la idea de que la vejez es un estado de deterioro y pérdida, en lugar de una etapa de la vida con sus propias oportunidades y potencialidades.
Conclusión: Aceptando la Vejez como una Nueva Oportunidad
En lugar de ver la vejez como un problema, deberíamos considerarla como una nueva oportunidad para construir un proyecto de vida significativo. La sociedad debe cambiar su mirada hacia las personas mayores, reconociendo su papel como mediadores intergeneracionales, portadores de experiencias valiosas y constructoras de la identidad familiar.
El tratamiento psicoanalítico puede ser crucial en este proceso, fomentando el conocimiento y reconocimiento de la vida vivida, y ayudando a las personas mayores a conectarse con partes de sí mismas que han sido olvidadas. Es fundamental promover intervenciones profesionales que respeten la ética del deseo, reconociendo la capacidad de la persona mayor para influir en su propia calidad de vida y construir significado en esta etapa crucial.